sábado, 7 de abril de 2012

El milagro de la vida


Que maravilloso es Dios el ser Supremo que nos brinda la vida, nos envía a servir en su obra.
Al nacer le brindamos felicidad a nuestros padres con el simple hecho de ser bebes  y de ser inocentes, ellos nos aman y nos brindan muchas cosas sin costo alguno, ellos son los seres que nos ven crecer desarrollarnos, nos cuidan intentan protegernos de muchas formas que si hay frió nos abrigan súper bien si hay lluvia nos brindan un paraguas tamaño familiar para protegernos de la lluvia ellos siempre saben que es lo que nos gusta y que es lo que nos disgusta, cual es nuestro mayor anhelo en la vida. Que maravilloso es ser un ser viviente y un explorador de la vida.

Si!! Somos exploradores desde el momento que vemos la luz ya hemos explorado y experimentado lo que significa nacer, experimentamos y exploramos la comida, aprendemos los diferentes olores, sabores a los pocos meses  de nuestra vida aprendemos a diferenciar las voces de nuestros padres, quienes nos hablan tiernamente. Diciéndonos quizá: Hola bebé bienvenido a la familia. Te cuidaremos y amaremos.
Por Naturaleza nuestra familia siempre se interesara por nosotros a medida que evolucionamos, aprendemos a: habla, comer, caminar, y al poco tiempo nos creemos independientes porque iniciamos a hacer miles de preguntas del porque esto o del porque del otro solemos preguntar muchas cosas, queremos conquistar todo.
Luego nos damos cuenta que crecemos, y cada cosa nos empieza a llamar la atención, nos apasionamos por cada cosa, es natural, vivir , llorar, reír,
Reímos de alegría y lloramos de alegría por cada momento de nuestra vida cuando estamos felices porque nos dan buenas noticias lloramos de nostalgia y alegría cuando recibimos una sorpresa, cuando vemos la venida de un familiar ausente lloramos de alegría y emoción por verlo, lloramos al sentir la presencia de Dios, expresamos una leve y suave sonrisa al ver todas sus maravillas.

Dios nos hizo seres especiales, Nacidos para servirle. Disfrutando cada momento de nuestra vida, escalando rocas cuando fuere necesarias, cruzando puentes en tiempo difíciles, viendo nuevos horizontes, moldeamos nuestra vida según nuestras ideas emociones o razones, sin notar el ritmo que verdaderamente debe llevar. Nuestra vida, la mayor parte de nuestra vida, vemos el panorama de nuestra vida total mente oscuro por las malas decisiones que encierra nuestra vida. Pero Si confiamos de Dios y le pedimos la guía al Padre Hijo y Espíritu Santo, Seremos. Transformados y ese Panorama oscuro se convertirá en un verdadero paisaje, con un sol alumbrando nuestro camino, y será fácil continuar con el camino.

Recuerda que Dios esta contigo. No temas el guía tus pasos y extiende tus brazos para acongojar tu alma.


Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.
Isaías 41:10

Ahora pues Jehová, tu eres nuestro padre; nosotros barro, y  tu el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. Isaias 64: 8

El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso.
Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.»
Sólo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá
con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!
No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha
en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. Podrán caer mil a tu izquierda,
y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará. No tendrás más que abrir bien los ojos,
para ver a los impíos recibir su merecido. Ya que has puesto al Señor por tu refugio,
al Altísimo por tu protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad
llegará a tu hogar. Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos.
Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna.
Aplastarás al león y a la víbora; ¡hollarás fieras y serpientes! «Yo lo libraré,
porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre. Él me invocará, y
yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores.
Lo colmaré con muchos años de vida y le haré gozar de mi salvación.»
Salmo 91

No hay comentarios: